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Gran Canarias, isla con historia.

 Al igual que del resto del archipiélago, se desconoce la época en que llegan a Gran Canaria sus primeros pobladores. La mayoría de los arqueólogos, sin embargo, se inclinan por que llegaran a mediados del primer milenio antes de nuestra era, procedentes del cercano continente africano.

El 24 de junio de 1478, desembarcó en La Isleta, la expedición mandada por Juan Rejón y el deán Bermúdez, representante del obispo del Rubicón Juan de Frías, uno de los financiadores de la conquista. Ese día, junto al Guiniguada, se fundó el Real de Las Palmas. Pocos días más tarde tuvo lugar en las proximidades del Real el primer enfrentamiento en el que los isleños fueron derrotados. Esta victoria inicial les proporcionó a los castellanos el control de la esquina noreste de la isla.

La resistencia aborigen en el interior montañoso de la isla, la falta de hombres y medios materiales y las desavenencias internas en el bando conquistador, constituyen las principales marcas de este periodo. Durante esta etapa Juan Rejón fue destituido por orden de los Reyes Católicos. Su lugar lo ocupó Pedro Fernández de Algaba. Rejón es enviado a Sevilla donde es perdonado y devuelto a la isla, donde detiene y ejecuta a Algaba. Ante el exceso de Rejón, se nombra a Pedro de Vera como nuevo gobernador de la isla que detiene a su antecesor, poniendo fin a los conflictos internos que se habían prolongado hasta 1481.

Pedro de Vera, ahora jefe indiscutido de los castellanos, reemprendió la conquista del interior de la isla y el guanartemato de Gáldar. Contó para ello con la llegada de nuevos refuerzos humanos aportados por Diego García de Herrera, que envió un numeroso contingente de gomeros. Se producen las victorias castellanas en la Batalla de Arucas en la que cae el líder aborigen Doramas. La captura de Tenesor Semidán, guanarteme de Gáldar, por parte de Alonso Fernández de Lugo, será un factor decisivo para la culminación de la conquista. Tenesor Semidán fue enviado a Castilla, donde fue bautizado con el nombre de Fernando Guanarteme y, tras firmar con Fernando el Católico la Carta de Calatayud, se convirtió en un fiel y valioso aliado de los conquistadores, cuya actuación ha sufrido diversas valoraciones por los analistas de la historia: traidor a la causa aborigen para unos, hábil negociador que logró salvar muchas vidas, para otros. Finalmente, el 29 de abril de 1483, y junto a la Fortaleza de Ansite, se produce la dispar acción de la entrega de unos como Guayarmina Semidán, o el suicidio de otros por despeñamiento como el del líder canario Bentejuí junto con el Faycán de Telde al grito de Atis Tirma (por mi Tierra)

Una vez llevada a cabo la conquista tiene lugar la colonización de la isla y un prolongado proceso de aculturación de la población aborigen. Se implanta un sistema colonial. Los conquistadores castellanos, que habían financiado la conquista, se reparten las tierras de la isla apropiándose de las zonas más favorecidas y sobre todo de los pozos y barrancos que servían de suministro de agua. Esto será un factor clave durante toda la historia de Gran Canaria debido al extenso poder que abarcan quienes controlan las fuentes de agua.


Al mismo tiempo, comienzan a llegar colonos portugueses, que se encargan de los primeros ingenios azucareros, así como comerciantes genoveses, flamencos y aragoneses.


Por su parte la población aborigen se vio obligada a aceptar las condiciones que impusieron los conquistadores. Se les obligó a bautizarse y convertirse a la fe cristiana instigándoles a abandonar sus costumbres y su religión, lo cual fue muy perseguido por la Inquisición. Además quedó discriminado el uso de la lengua insuloamazigh empleada en Gran Canaria, así como las costumbres propias, pues no solo estaban mal vistas en la nueva sociedad colonial sino que además eran perseguidas. A pesar de ello algunos grupos permanecieron en las más ocultas montañas del interior de la isla preservando sus costumbres y negándose a formar parte de la nueva sociedad colonial que los discriminaba. Se llamaban a sí mismos Inekaren que quiere decir alzados y durante décadas poblaron el interior de la isla donde la presencia castellana era casi inexistente, dedicándose a la agricultura y la ganadería y ajenos a los cambios sociales que estaban sucediendo tras la conquista. Muchos canarios fueron perseguidos, ejecutados, deportados a lugares como Madeira o, en el peor de los casos, esclavizados para ser vendidos en los mercados europeos.

Sin embargo, la esclavitud pronto se convirtió en algo cotidiano en Canarias. Hasta el edicto respaldado por la reina Isabel de Castilla que prohibía esclavizar tanto a indígenas americanos como canarios, estos fueron utilizados como mano de obra esclava. Posteriormente, comenzaron a llegar barcos con multitud de esclavos procedentes del golfo de Guinea y del norte de África para el trabajo en las plantaciones de azúcar o para su venta en tierras americanas.

Es en el siglo XVI cuando empieza a tomar forma la sociedad canaria actual fruto del mestizaje entre la población indígena, los colonizadores europeos y los esclavos, formándose una sociedad estratificada en la que en la cúspide se encontraban los conquistadores castellanos, que tenían el control de la tierra y de las aguas para el riego. Seguidamente estaban ciertas familias criollas descendientes de linajes aborígenes favorables a la conquista, así como colonos europeos dedicados al comercio. Un escalón por debajo se encontraban los canarios obligados a dejar atrás su idioma y sus costumbres y también grupos de moriscos y sefardíes que habían emigrado a la isla tras abandonar España. En lo más bajo estaban los indígenas alzados y los esclavos.






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